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Nueva Data se da el lujo de contar con el análisis de Oscar “Huevo” Sánchez, una eminencia en el juego, que repasa las cuatro finales anteriores y el partido de esta noche. Los Angeles gana 3 a 1 y puede ser campeón hoy mismo.
En los juegos 1 y 2 pareció que la escoba estaba preparada y hubo muchos desilusionados por no ver una final más pareja y larga. La diferencia física en posiciones interiores y de su estrella en el perímetro LeBron James hacía suponer un 4-0 categórico para los Lakers en la final contra Miami.
En los primeros partidos el Heat presentó, en muchos pasajes del juego, zonas convencionales, tanto 2-3 como 3-2. Esos dispositivos le dieron muchísimos espacios a la jirafa Anthony Davis y tiros a voluntad a los externos Angelinos .
La zona es un recurso válido para Miami ante ausencias notables de su columna vertebral en Drogan Dragic y Bam Adebayo, pero la hicieron mal en el inicio de la serie.
En el tercer juego muchos de nuestro ambiente pensábamos que sería un trámite, pero emergió la figura de Jimmy Butler que hizo de todo, que completó todo tipo de estadísticas. Sumo de 2 y a veces con doble y foul sumó de 3. Asistió, defendió y tomó liderazgo en todo sentido. Su presencia fue imponente, los llevó por delante a todos. Consagratorio.
En el juego 4, con la estrella mencionada con menos participación en puntos, fue acompañado por los grandes y frescos jóvenes tiradores como Duncan Robinson y Tyler Herro. Además, colectivamente, plasmaron un sistema de juego y estrategia. Apostaron a darles el lanzamiento y proteger más el rebote. El desahogo recién llegó mediante un tiro a 2 segundos de finalizar la posesión en el final y un desahogo enorme para los de LeBron.
Hoy la serie está 3-1 pero -entiendo- con un plus extra para Lakers por haberse sacado esa presión del juego 4 que tranquilamente podrían haber perdido. Miami sabe a lo que juega aún a pesar de las limitaciones físicas y personales. Los Ángeles tiene dos jugadores que -usufructuando su talla- no tienen apareamiento y desequilibran, además de una gran defensa.
Los Angeles tiene todo para cerrar la serie y consagrarse nuevamente campeón con su líder indiscutido y quizás el mejor del mundo, Lebron James. Esta noche, firmes a la tele con una cerveza a mirar el mejor básquet.