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Una enorme decepción se produjo en Mar del Plata con la inesperada caída de la selección ante República Dominicana.
Es la primera vez en 41 años que la selección argentina de básquet no jugará una Copa del Mundo. Después de los éxitos de la Generación Dorada y de la garra, la unión y los valores que los jugadores de la celeste y blanca demostraron a lo largo de las últimas décadas, la caída.
En el Polideportivo de Mar del Plata estaba todo listo para festejar. Argentina enfrentaba a República Dominicana tras vencer a Canadá. En los papeles, los norteamericanos eran más complicados que los caribeños, dirigidos por el argentino “Che” García.
Y arrancó óptimo el partido para Argentina, que llegó a sacar 17 puntos de ventaja a lo largo del cotejo. En el tercer cuarto el partido se emparejó y a falta de dos minutos para el final la selección pasó a estar en desventaja por dos puntos. Terminó 79-75, y el público despidió con aplausos en reconocimiento a la entrega de jugadores como Campazzo, Laprovìttola o Deck.
En el banco, dos integrantes de la generación dorada: Pablo Prigioni y Leo Gutiérrez. Un traspié que obliga a revisar cuestiones dirigenciales. Otra vez