Demichelis, de millonario a mendigo

Un hijo de la casa. Un regreso esperado. Triunfos, títulos. Pero no hay amor. Martín Demichelis, entrenador de River, eco de murmullos y rumores. En busca del amor no correspondido.

Regresó de Alemania en noviembre del 2022 como un top model para hacerse cargo de la dirección técnica de uno de los clubes más importantes de Sudamérica, el mismo que lo vio nacer futbolísticamente y que lo cobijó cuando llegó de su pueblo natal. Se supone que los triunfos construyen el amor con la gente. Pero eso no pasó. Tal vez porque el primer campeonato lo ganó sin transpirar, sin despeinarse, con 9 puntos de diferencia al subcampeón (Talleres), aunque le ganó a Boca 1 a 0 en el Monumental.

O tal vez porque cuando en marzo de 2023 le tocó visitar y ganar a Lanús 2 a 0 en la fecha 6 de ese campeonato, a pesar de los 3 puntos conseguidos se quejó de la falta de aire acondicionado y de que el vestuario no estaba en condiciones. Como si desconociera la realidad de gran parte del AMBA, que sufría los cortes permanentes del suministro eléctrico como consecuencia de las altas temperaturas.

El segundo desamor ocurrió en agosto en Brasil, con la rápida eliminación de la Copa Libertadores. Perdió por penales contra el Inter del Chacho Coudet (9-8, en una definición no apta para cardiacos). La gente de River creía que iba a ser un trámite. Y cómo no creerlo si “la máquina” tenía un mecánico, un ingeniero alemán. Pero no, un empate y penales hicieron que se rompa un engranaje vital. Engranaje que el ingeniero no vio, o no supo valorar su vitalidad. “Micho” vuelve a pifiar: desliza cosas con periodistas allegados, situaciones del plantel y la vuelve a pudrir, como sin conocer las leyes del fútbol: lo que pasa en el vestuario, queda en el vestuario.

El ingeniero alemán quiere recuperarse y lo logra: gana y gusta: 2 a 0 a Rosario Central en el Trofeo de Campeones en diciembre de 2023. Pero la máquina es fría y no enamora, no llena el alma del exigente pueblo millonario.

Algo se rompió en Brasil, y por eso Enzo Pérez decidió emigrar en la temporada 2024, buscar otro horizonte entre las diagonales de La Plata, busca el calor de barrio que lo forjó cuando vino de Mendoza y que se estaba apagando en Núñez. Enzo era el motor y el termómetro de River. Además le aportaba fuego a todos sus compañeros.

Llega en Córdoba otra definicion clave y otro título: Supercopa Argentina 2023, en marzo del 2024 ante Estudiantes (campeón de la Copa Argentina 2023) pero no alcanza la victoria 2 a 1. Tal vez porque el hincha esperaba un poco más de afecto para Enzo, que se acercó a saludar al banco de River y solo encontró una mirada esquiva y una mano fría para estrechar en un esquivo Demichelis, que simuló no saber lo que pasaba.

El segundo gran golpe fue en abril, al perder los cuartos de final de la Copa de Liga frente a Boca en Córdoba. El problema, además, fue el cómo: el xeneize le robó la pelota, el toque, el champán que siempre fue millonario. En el banco del rival hay un técnico que transmite esfuerzo, sacrificio, el hacerse de abajo como única solución para salir adelante. Las sonrisas fueron para el azul y oro (2-3 el resultado final), las excusas para Micho: dijo en conferencia de prensa que si él “termina con siete defensores, no respeta la historia de River”.

Afortunadamente para Micho, Boca no salió campeón de ese torneo, perdió la semifinal contra Estudiantes, que sería campeón en Santiago del Estero frente a Vélez. Algo debe haber sentido el hincha de River, que vio festejar nada menos que a Enzo Pérez, aunque no con la camiseta millonaria.

Y lo demás parece ya no importar, algo ya no late en Núñez, lo que pase son solo resultados deportivos, no hay amor.

Mayo, Copa Argentina en Mendoza, 16vos de Final: Temperley le empata a River en el minuto 92, con un golazo de media chilena, a pesar de haber manejado todo el partido. Ante de ejecutar los penales Micho habla en difícil, les dice que “quiere ver lenguaje corporal ahora, de convencimiento, ¿eh?” El resultado? pasa Temperley por penales. Se retira sin hablar. El que sí habló fue el defensor del Gasolero, Juan Pablo Segovia: “Los jugadores no quisieron cambiarnos las camisetas, pero bueno, son decisiones”.

Parece que Demichelis está queriendo cambiar su estilo: el sábado cuando fue a La Paternal para enfrentar a Argentinos Juniors no usó su traje entallado negro, fue con el camperón millonario. River perdió 1 a 0 con un golazo de Alan Lescano en un partido desteñido, friccionado que no la pasó bien.

Aunque sea el mejor clasificado de la Copa Libertadores, tras vencer a Deportivo Táchira en el Monumental 2 a 0, parece que no alcanza. Anoche tampoco se vistió de traje, usó sweater y sobretodo negro. Será que quiere empatizar con el hincha, que parece no corresponderlo. Será porque en las tribunas del estadio más grande de Sudamérica corren los rumores: Gallardo está sin club y que está en Argentina.

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