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La hija mayor de Maradona rompió el silencio y habló de la causa que investiga la muerte de su padre. Su odio hacia Morla, su nula relación con sus hermanos y todas las peleas que hoy también se trasladaron a la justicia. Dalma, sus apariciones en la causa, y todas sus discusiones.
“Se los juro por Dalma y por Gianinna” es, sin lugar a duda, una de las frases más recordadas de Maradona. Para Diego eran intocables, sagradas, al menos hasta que tomó la decisión de reconocer a sus otros hijos, a quién comenzó a otorgarles el tiempo y el espacio que hasta ese momento no habían tenido. Esa decisión, sumada a la de tener como apoderado a Matías Morla, alejó poco a poco a las hijas de Claudia Villafañe de su padre, con quien se vieron físicamente pocas veces durante el año 2020.
“Si estuve enojada o no le hablaba era un tema mío. Me avala una vida al lado de papá, no los últimos seis meses” declaró Dalma en la primera entrevista que dio en televisión hablando de la muerte de su padre. Y no por nada lo menciona. En los chats que se desprenden de los celulares de Luque y Cosachov, ambos incautados por la fiscalía, a Dalma ni siquiera se la menciona entre marzo y noviembre de 2020, algo que sí sucede con Gianinna, quien se comunicaba con frecuencia con su padre a través de videollamadas.
En el material recopilado a lo largo del expediente que investiga la muerte de su padre, las hijas más grandes de Maradona no comparten siempre la misma manera de manejarse. A diferencia de Gianinna, quien hasta el último día se mostró más colaborativa, Dalma se caracterizó por ser la más impulsiva, crítica y hasta por momentos destructiva en los chats grupales de los cuales formó parte.
Las mismas diferencias que son públicas en la familia Maradona están plasmadas hoy en la justicia: Dalma y Gianinna le declaran la guerra a Matías Morla -abogado de las hermanas de su padre-, no se llevan con Verónica Ojeda, y prácticamente no tienen diálogo con Jana y Diego Maradona Junior.
Hace tan solo unas horas, una seguidora de Instagram le preguntó a Dalma que opinaba de lo que dicen sus tías. Recordemos que las hermanas de Maradona son, al igual que todos sus hijos, querellantes en la causa, representados por Matías Morla. Dalma contesto: “Les mando mucho amor y ojalá que algún día entiendan que la familia que mi papá eligió fuimos nosotras tres”. Para Dalma el resto no existe, pese a que su padre soñó hasta el último día con juntar a todos sus hijos en una mesa, frase que también se confirma con los chats del expediente.
En el medio de toda esa disputa están los médicos -Luque, Cosachov y Díaz- que entran en la misma
bolsa moral para las hijas y son acusados públicamente de la misma manera que Morla. Para ellas, de
Morla para abajo son todos lo mismo, pese a que las pruebas demuestran lo contrario. Cada vez que pueden, Dalma y Gianinna resaltan el concepto de condena social. Pero para la justicia las obsesiones y las disputas previas no constituyen prueba. Hoy, con 8 meses de investigación, ni siquiera Maximiliano Pomargo, mano derecha de Maradona hasta el último día de su vida, y cuñado de Matías Morla, está imputado.
Son distintas las situaciones donde Dalma fue protagonista y formó parte de las decisiones sobre la salud de su padre. Todas de noviembre en adelante, cuando Diego estuvo internado por su operación en la cabeza, hasta que finalmente fue externado a la casa de Tigre, domicilio al que Dalma nunca visitó.