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El presidente argentino agravió en reiteradas oportunidades al Papa. Una vez en el poder viajó a Roma para congraciarse, y fue bien recibido a pesar del claro mensaje político del Sumo Pontífice. Ahora suspendió actividades para viajar al funeral.
Como todo en la vida pública de Javier Milei, la relación con el papa Francisco estuvo signada por las contradicciones. De los agravios y los insultos pasando por la ira volcánica a besar el anillo en el Vaticano y buscar congraciarse, la controversial figura del primer mandatario contrasta con la del Sumo Pontífice, que lo recibió y le dio un abrazo.
“El imbécil que está en Roma”, gritó en el programa de su por entonces amiga Viviana Canosa, que -incrédula- le repreguntó para evidenciar que las palabras estaban fuera de lugar. Pero Milei una vez más redobló la apuesta y declaró: “es el representante del Maligno en la Tierra”.
Tanto fue así que los agravios al Papa fueron uno de los puntos débiles donde el candidato Sergio Massa intentó golpear en el debate presidencial. Allí, más sosegado, el Javier Milei proto presidencial ensayó una tibia explicación y apeló a que fue mal entendido que no fue tal.
Es que la doctrina que Francisco impulsó desde la Iglesia Católica contrastó (y contrasta) con el ideal libertario. La justicia social, destacada por el Sumo Pontífice como fin en sí mismo de la política, para el gobierno es “una aberración”. La integración de los pobres a la vida pública es un objetivo propugnado desde Roma por Francisco, y a la vez es un escenario detestado por Milei
A pesar de aquellos vaivenes, el presidente (ya en su cargo) viajó a Roma y fue recibido por el Papa, que lo cobijó y recomendó a su hermana Karina “que lo cuide”. Luego se expresó a través de su cuenta de X . “A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”, escribió el mandatario. El Gobierno anunció que decretará siete días de duelo y Milei planea viajar a Roma para los funerales en El Vaticano.