Dos detenidos y más de 50 pájaros liberados en varios allanamientos

Se realizaron una serie de allanamientos en Ciudad y Provincia de Buenos Aires en busca de una banda que se dedicaba a la caza y venta de aves exóticas. La tenencia y comercialización de pájaros sin la autorización correspondiente constituye un delito contra la fauna autóctona.

La investigación comenzó al detectar la compra-venta de distintos tipos de aves, jaulas y elementos de caza a través de las redes sociales. A partir de allí se descubrió que parte de la comercialización se realizaba en la “Feria de Los Pájaros de Pompeya”. La policía constató que durante varios fines de semana en esa feria se vendían ilegalmente especies domésticas y silvestres en malas condiciones, y que las aves eran trasladadas en lugares no aptos.

Algunos allanamientos se realizaron en el barrio Villa Soldati de CABA y otros en la localidad de Banfield, Provincia de Buenos Aires. Uno de los domicilios, ubicado en la calle Corrales al 2600 de Villa Soldati, contaba con un galpón al fondo de la casa con más de 45 jaulas y tramperas. Se encontraron 35 aves silvestres de diferentes especies: cabecitas negras, cardenales de copete rojo, jilgueros cantores y los famosos corbatita negra. Se trata de aves autóctonas argentinas de la zona de la Mesopotamia. Para intentar simular el clima cálido de su lugar de origen el propietario tenía una estufa a gas que atentaba contra la salud de los animales.

La modalidad de caza de estos pájaros es a través de tramperas donde se limita su movilidad. Se coloca alimento en el piso de “los cazadores” y pegamento en los alambrados y palos para que cuando las aves se aproximen a los llamadores queden pegadas y sin posibilidad de escapar.

En los domicilios de Banfield se encontraron 11 jilgueros cantores, cuyo valor de venta va desde los $500 si se trata de un pichón hasta los $3000 si es un pájaro adulto. Esta especie de ave tiene gran valor en el comercio ilegal ya que se es utilizada en competencias de jilgueristas donde se los entrena para emitir cantos fuertes.

Dos personas fueron detenidas por maltrato animal, caza furtiva sin autorización y tráfico de fauna autóctona. En total se secuestraron 52 aves que fueron trasladadas para su protección y recuperación al Refugio de Aves Pájaros Caídos, una ONG que se encarga de cuidar los derechos de las aves a nivel regional.

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