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A pesar de la desaceleración inflacionaria que promueve el Gobierno, agosto llega con aumentos en casi todos los frentes: transporte, servicios públicos, medicina prepaga, alquileres y expensas.
El octavo mes del año arranca con una batería de aumentos que ponen a prueba la resistencia de los bolsillos argentinos. Mientras el Gobierno insiste en que la inflación está controlada, la realidad cotidiana empieza a contar otra historia: subas en tarifas de transporte, servicios públicos, prepagas, combustibles, alquileres y hasta en las expensas anticipan un agosto más pesado de lo que prometen las estadísticas.
Con una inflación de junio del 1,6%, y proyecciones optimistas por debajo del 2% para julio, el relato oficial encuentra su límite en los aumentos programados -y muchos otros no anunciados- que comienzan a impactar desde el primer día del mes.
El transporte público será uno de los rubros más castigados por los aumentos. Desde el 1° de agosto, el boleto mínimo de colectivo en CABA sube a $506,29 y en el conurbano bonaerense alcanzará los $509,19. Las líneas nacionales del AMBA quedarán, por ahora, en $451. Pero el verdadero salto se da en el subte: el pasaje llegará a los $1.032, una cifra inédita para un servicio que aún enfrenta demoras y fallas estructurales.
La luz, el gas y el agua también llegan con nuevos incrementos. La electricidad en el AMBA subirá un promedio del 2%, el gas entre 2,6% y 2,8%, y el agua un 1%.