Confirmado: las elecciones en Tucumán serán el próximo 11 de junio
Con un River diezmado por el virus, el partido terminó 1 a 1 con una gran actuación del debutante Leo Díaz, arquero del Millonario.
Los noventa minutos terminaron 1 a 1. Un gol de Carlos Tévez después de una grosera falta contra Jonathan Maidana y el empate con un cabezazo de Julián Álvarez sellaron cifras definitivas. Y luego, los penales, pero para eso falta. Hay que explicar algo del contexto y del desarrollo del partido.
River llegaba a la Bombonera con 15 bajas por Covid. Tan diezmado llegaba que en el arco se paró Leo Díaz, arquero suplente de la Reserva, que había estado en el banco de Tercera durante la semana y hoy fue la figura excluyente de la cancha. El joven de 21 años oriundo de Lanús fue vital para sostener a su equipo con vida. Le tapó tres pelotas claras a Tévez y se erigió como figura de su equipo. Otro rendimiento alto fue el de Leonardo Ponzio, con un despliegue y un sacrificio descomunal.
Por el lado de Boca, puntos altos en Tévez e Izquierdoz. El resto, muy por debajo de lo esperado. Tanto que el Millonario terminó arrinconando al equipo de Russo, lo empató e incluso mereció más. Y llegaron los penales, donde Agustín Rossi se resarció de lo poco que hizo para el empate de River. Atajó el disparo de Angileri y de Ponzio. Díaz, el debutante en la banda, atajó un penal picado de Cardona que despertó todo tipo de epítetos contra el colombiano.
Fue un empate. Hubo chicos en la cancha y un virus que desvirtuó todo. Pero el fútbol es hermoso y nada de lo que se prevee sale tal como se esperaba. Boca enfrentará a Racing en semifinales; en la otra llave se cruzarán Independiente y Colón.