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El Fogao derrotó 3 a 1 a Atlético Mineiro en el Monumental de Núñez. El equipo carioca jugó desde los 30 segundos con un hombre menos.
La expulsión de Gregore quedará para los libros de historia. El jugador de Botafogo le pegó una patada en la cabeza al argentino Fausto Vera a los 30 segundos del inicio del partido y vio la tarjeta roja. La final de la Copa Libertadores comenzó muy mal para el Fogao.
El equipo carioca aguantó los tímidos embates de Atlético Mineiro y puso el 1 a 0 con un certero cabezazo de Luiz Henrique que aniquiló las intenciones de los dirigidos por Gabriel Milito, que no le encontraron la vuelta al partido. Ni Hulk ni Deyverson pudieron hacer nada. Y el segundo gol, que llegó a través de un penal de Alex Telles, parecía sellar el cotejo.
El descuento del chileno Eduardo Vargas volvió a poner en partido al Galo, que empujó sin demasiadas ideas a pesar del hombre demás. A falta de cinco minutos, el delantero trasandino erró un gol increíble y el ingresado Junior Santos puso cifras definitivas a los 97 minutos de partido.
Botafogo consiguió así la primera Libertadores de su historia y evidenció la supremacía de los clubes brasileños en el continente: ganaron las últimas 6 copas. El Monumental de Núñez se visitó de negro y blanco y la alegría fue solo brasilera.