Confirmado: las elecciones en Tucumán serán el próximo 11 de junio
Al momento de ingresar había 250 personas y en cuenta ganado llegaron a contabilizar 1100 concurrentes.
Se inspeccionó y clausuró un conocido bar de Palermo a partir de la denuncia de los vecinos por el ingreso constante de clientes y el alto volumen de la música. En el local ubicado en la calle Gurruchaga al 1800 se encontraban más de 250 personas bailando sin distanciamiento social y varias sin barbijo. Se estaba violando la cantidad máxima permitida de acuerdo con las dimensiones del lugar.
El bar había sido inspeccionado en otras oportunidades pero no se habían observado faltas a las medidas sanitarias. Se sospecha que el personal de seguridad retenía a los inspectores en la puerta con la excusa de ir a avisarle al gerente. Mientras tanto hacían que las personas se sentaran en las mesas y a otras las escondían en una terraza.
Por eso, los inspectores entraron al local sin el chaleco que los identifica y se encontraron con una fiesta clandestina en pleno auge. Queriendo ocultar que se excedía el aforo permitido del 50% algunos clientes fueron llevados a la terraza. Detrás de una puerta que conducía a la cocina y que supuestamente sólo podía utilizar personal del lugar, había unas escaleras que permitían acceder a la terraza que se usaba como escondite.
En un principio los dueños del lugar se resistieron a la inspección pero después colaboraron y admitieron que la situación “se les fue de las manos”.
En la entrada del bar se encontraron dos cuenta ganado. Se cree que con ellos se contabilizaba la cantidad de clientes que ingresaban al lugar. Uno marcaba más de 170 y otro más de 1100.