Confirmado: las elecciones en Tucumán serán el próximo 11 de junio
El último exponente de la Generación Dorada dijo adiós a los 41 años. La selección de básquet perdió con Australia y quedó afuera de los Juegos.
Faltaban 54 segundos para el final de un partido resuelto desde mucho antes. Argentina mostró poco juego, muchos errores y poco gol para una derrota abultada: fue 92 a 56 para los oceánicos, pero el hecho saliente se dio en ese preciso segundo: Sergio Santos Hernández -El Oveja- sacó de la cancha al emblema argentino: Luis Scola. Y el tiempo se detuvo.
Cuando decimos que el tiempo se detuvo fue literal. Todos -absolutamente todos- comenzaron a aplaudir al jugador argentino. Sus compañeros, el cuerpo técnico, los rivales que estaban en el banco y los que estaban adentro de la cancha. El partido se detuvo para ovacionar a Luifa, que se sentó en el banco “a contener la emoción”, como diría en la entrevista post partido.
Dejó en claro que lo impactó el reconocimiento de todas las personas que estaban en el estadio. “Estamos todos viviendo una situación muy especial. Ver a los rivales, periodistas, árbitros… Me golpeó un poco. Intenté apartarme de todo este tiempo y se me vino todo de golpe. Intenté mantener la compostura lo más que pude. Me voy en paz”. Por último, Luifa Scola aseguró que “la Selección Argentina es mucho más que nombres su vez”. Y sentenció: “Le di mi máximo compromiso, mi máximo esfuerzo y los mejores años de mi carrera”.
Los compañeros se deshicieron en elogios. Campazzo lo despidió al borde de las lágrimas, y el Oveja dejó una frase de esas destinadas al bronce: “Se retira el mejor jugador que nació en este territorio. Nuestra relación empezó yo siendo su maestro y él el alumno y terminó al revés”.