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Diego había estado presente en un partido amistoso de Gimnasia, y horas después se confirmó que uno de los jugadores que lo abrazó dio positivo de Covid. Diego no lo recibe a Luque, lo maltrata y el médico duda de si seguir al lado de su paciente. La depresión del diez, una constante en los días previos a su último cumpleaños.
Viernes 2 de Octubre de 2020
“Me dijeron que le dio covid positivo a uno de Gimnasia, ¿puede ser?”, le pregunta Luque a Pomargo en las primeras horas del viernes 2 de Octubre.
Gimnasia y Esgrima de La Plata, el equipo que dirigía Maradona, había jugado un amistoso contra San Lorenzo y Diego, desobedeciendo los consejos de su médico, había ido con un recordado casco de plástico para prevenir un posible contagio de covid. Horas después, varios jugadores del plantel dieron positivo en los hisopados.
“Hay un video donde el jugador que lo abraza dio positivo, está en todos lados. ¿Qué puede pasar?”, le pregunta Pomargo a Luque. Preocupación. “Nada, para ser contacto estrecho tienen que ser 15 minutos en un lugar cerrado, pero deberíamos hisoparlo de nuevo” responde el doctor.
Luque se pone en contacto con el médico de Gimnasia, Pepe Tunessi, y pactan un hisopado para las próximas horas. La situación se agrava. “Verónica tiene síntomas, la puta madre” le cuenta Pomargo a Luque antes de terminar el día.
Sábado 3 de Octubre
“Me llaman de todos lados por el peque” dice Luque a las 9 de la mañana. La imagen de Maradona abrazando al delantero Nicolás Contín fue una de las noticias del día. Todos estaban preocupados, salvo Maradona: Diego no quería recibir a Luque y tampoco quería hisoparse. “Está clavado” le dice Pomargo a Luque a las 10 de la mañana. Diego, una vez más, amanecía sin ganas de nada.
Luque desoye a Pomargo y, de todas maneras, va un sábado a la casa de Maradona para hisoparlo. Diego salió cinco minutos de la habitación, y el trato para con su médico fue pésimo. “Me apretó la mano, me dijo que me vaya. Ni siquiera me reí, todavía estoy nervioso. Me va a cagar a palos”, relata Luque a Pomargo.
La respuesta del cuñado de Morla es lapidaria, y dolorosa: “Relax, es un borracho”. Luque se retira del domicilio sin poder hisopar a su paciente. “Vuelvo cuando me llame, ya está. Decí que no tengo ego, otro médico se va ofendido” le comenta el neurocirujano a su socio por whatsapp.
“Necesito una firma” le dice Luque a Pomargo. Los episodios del paciente que se niega a recibir atención médica eran constantes, y Luque dejaba constancia de esa situación, por si algo pasaba.
Domingo 4 de Octubre
“Le conté a mi mujer que Diego me echó y me dijo que me joda por haberlo ido a molestar un sábado”, le dice Luque al kinesiólogo Taffarel bien temprano a la mañana. Luque estaba cansado de las idas y vueltas con Diego, pero todos los días preguntaba por él para ver si podía colaborar en algo
“¿A qué hora lo hisopan mañana? ¿Decís que vaya? Yo opero a primera hora. Si voy me pongo una máscara para que no me reconozca así no me boxea”, esboza Luque ante Maximiliano Pomargo. “Qué te va a boxear, si es Tandarica”, contesta. Finalmente a Maradona lo irían a hisopar a la casa los médicos de Gimnasia a primera hora de la mañana. A Diego le tomaban la temperatura tres veces por día, por miedo a que aparezcan síntomas.