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Había pasado la primera semana del mes y Diego estaba “perdido en tiempo y espacio”. Como las hijas no aparecían, el entorno que convivía con Diego, con el aval de Matías Morla, se comunica con Gianinna y le propone armar un zoom para ponerla al tanto del delicado estado de salud de su padre. Idas y vueltas de un día que tuvo despidos, renuncias y peleas familiares.
“Luque, escuchame. La vas a llamar a Gianinna a media mañana y le vas a decir que se pierde en tiempo y espacio, porque mezcla alcohol con pastillas, y que estaría bueno una reunión por zoom para ponerlas al tanto. Ella, Dalma, Verónica y Jana” le dice Maximiliano Pomargo a Luque a primera hora de la mañana del jueves 8 de octubre de 2020.
Luque responde: “Ok, está buenísimo. Yo también quiero eso, pero el chabón me echó y yo eso también se lo voy a contar a todos. Yo hago lo que puedo. Por ahora, criterio de internación no tiene, si no ya lo hubiésemos hecho”.
La situación venía complicada. Diego no paraba de tomar y su estado físico y mental estaba al límite. Maximiliano Pomargo, previa consulta con Matías Morla, le ordena a Luque que se comunique con Gianinna para armar un zoom y ponerlos al tanto de todo. Sin embargo, las internas entre las hijas de Diego y el entorno que respondía a Matías Morla estaban a flor de piel. “Mirá que Gianinna es un hueso duro” le aclara Pomargo a Luque. El médico, finalmente, le envía un mensaje a la hija menor de Maradona, y ésta acepta. El zoom iba a ser, en principio, a las 8 de la noche de ese mismo día.
De la reunión también iba a participar la psiquiatra, Agustina Cosachov. Luque, cuando le informa de la reunión por zoom con la familia, es clarísimo: “Con la familia hay que ser sinceros del tema alcohol. Te necesito ahí”. Sin saberlo, ser sincero le iba a jugar una mala pasada al médico unos minutos después…
Todo parecía encaminado para una charla profunda y sincera sobre la salud de Diego. Sin embargo, un rato más tarde, Morla llama a Luque y le baja línea. “Decile que toma tres, cuatro cervezas. Y si dicen algo, que lo vayan a cuidar ellas, que solo quieren plata” le dicta el abogado. Luque, una vez más, y como iba a pasar en un par de días con la internación de su paciente, queda en el medio de una interna feroz.
“Yo voy a actuar como profesional, acá hay mucho ego. Si siguen jodiendo, yo renuncio” le dice Luque a Pomargo, después de comentarle el llamado de su cuñado Morla. “No podés ocultarle nada a la familia, es mi responsabilidad como médico” le agrega.
Mientras Pomargo intentaba mediar entre el neurocirujano y el abogado, Verónica Ojeda llama y dice que no quiere que la reunión sea por zoom: exige que sea presencial en la casa de Maradona, con Diego presente, para que todos se miren la cara, inclusive con su hijo Dieguito Fernando presente en el domicilio. El entorno de Morla usaba a Verónica Ojeda como vocera, ya que ella no tenía ningún problema en discutir ni con Dalma ni con Gianinna.
A Luque ya lo había echado Maradona hace tan solo unas horas, porque lo veía como el buchón del tema del alcohol. Pero no iba a ser el único despido que iba a sufrir. Corría la tarde y Morla lo llama para decirle, de manera textual, que “dejaba de ser el médico de Maradona porque respondía a las hijas”.
Otra vez Maximiliano Pomargo, quién sabía todo lo que Luque hacía por Maradona en el día a día, lo calma a morla.
Maximiliano Pomargo: -Una locura, ahí lo llamo, vos tranquilo.
Leopoldo Luque: -Me pudrí, hice lo que pude. Me echaron dos veces en menos de 24 horas.
MP: -Pará, tranquilo. Yo hablo, vos arma la reunión para mañana.
Después de 15 minutos, la confirmación: “Ya está, seguís siendo el médico de Diego”. Así de informal, así de caprichoso, con muchos celos dando vuelta, era la vida de Maradona. Todos se peleaban, todos tiraban para su lado, pero se olvidaban del más importante. Luque, medio frustrado, y siempre manejandose con Pomargo, agrega: “La pendeja (Gianinna) será lo que será, pero es la hija. Era una buena posibilidad de mostrar como lo cuidamos, se arruinó todo”.
Se dijeron muchas cosas de la salud de Maradona, y este día a día basado en los diálogos reales de los protagonistas y los principales imputados, constan en la causa, pese a que muchos no quieren verlo. Las situaciones de Octubre serán casi calcadas un mes después, con la internación de Diego en la clínica de Olivos, pero ya con la prepaga de Diego jugando otro rol fundamental.
Lo que viene, el 9 de Octubre. ¿Habrá o no habrá reunión por la salud de Diego en las próximas horas….?