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El 25 de Noviembre de 2020 comenzó como un día más y terminó siendo el día más importante en la historia de siete profesionales de la salud, hoy todos investigados por la justicia. La inconsciencia y la negligencia médica se mantuvo intacta, aún ya con Maradona muerto. Los diálogos entre los protagonistas, un final que parecía evitable, y la conmoción total de un día que quedará en la historia.
El instante que paralizó al mundo. La noticia que nadie quiso oír. Nueva Data reconstruye con los audios originales el momento más triste.
12:30 PM – DÍALOGOS ENTRE AGUSTINA COSACHOV Y LEOPOLDO LUQUE
Después de ignorarse mutuamente durante varios días, la psiquiatra y el médico tienen la conversación más importante que jamás hayan tenido. Así se reportaron, minuto a minuto, la descompensación de Maradona.
Luque: “Decime si está vivo”
Cosachov: “No se Leo, está en paro”
Cosachov: “Lo están reanimando. Dios quiera. Me tiembla todo”
Luque: “Estoy en camino. ¿Le hicieron RCP?
Luque, que canceló las operaciones, estaba yendo con su socio al country de Tigre. En ese trayecto, había llamado al 911 para solicitar una ambulancia de urgencia. Mientras tanto, en la casa de Maradona, todo era caos. La psiquiatra y la enfermera no tenían idea de como hacer tareas de reanimación, y salieron a buscar por el country a algún médico que pueda ayudar.
Todavía ninguno tomaba conciencia de lo que estaba pasando.
Luque: “Estoy en camino, llegaré en 40 minutos. ¿el pulso se lo palpaste?
Cosachov: “Parecía muerto, Leo”
Luque: “Me imagino, tranqui. Intentá bajar. Esto es así, es un paciente complejo y bueno… va a pasar lo que tenga que pasar, nosotros vamos a estar ahí, bancando la que venga”
Cosachov: “Será lo que tiene que ser”
En paralelo a la conversación que mantenía con Cosachov, Luque, con un blues de fondo y un tono muy tranquilo, le reportaba a su socio lo que estaba pasando. Se estaba muriendo su paciente, Diego Armando Maradona, y así lo comunicaba.
Estos audios que Luque envía a su colega, serán importantes para la investigación. Para los fiscales, audios como estos justifican la carátula de la causa, homicidio simple por dolo eventual. “El gordo se va a cagar muriendo” dice Luque en otro de sus audios, y para los investigadores frases como esas justifican la acusación, suponiendo que el médico tenía en claro que Maradona podía morir.
“Siento que hice lo que tenía que hacer. Ya está” dice Luque. Pasó un año, el expediente que investiga la muerte del ídolo tiene 40 cuerpos, y el último año de vida de Maradona está plasmado prácticamente día a día.
Luque, como pudimos ver en notas anteriores, intentaba abrirse desde la operación en la cabeza de Diego. Sabía que, por primera vez en el año, había aparecido la familia, estaba Swiss Medical en el medio, y encima le habían impuesto un psicólogo. “Ahora están todos estos fantasmas” fue la frase que usó tan solo unas horas atrás. Estaba celoso, sabía que durante el año nadie había colaborado con él, y por eso intentó desligarse hasta el último minuto.
“Murió Leo. No quieren reanimarlo más” le dice Cosachov a Luque minutos antes de la una de la tarde. “OK. Avísame si están enojados con nosotros” es la respuesta del neurocirujano.
14:00 PM – DÍALOGOS ENTRE AGUSTINA COSACHOV Y CARLOS DÍAZ
Díaz: “¿Vos lo tocaste? Yo no”
Cosachov: “No. Parecía dormido y salimos.”
Díaz: “Ok. Perfecto. Me quedé pensando en lo que me dijiste de la enfermera, yo opino lo mismo que vos”
Cosachov: “Tengo un cagazo”
De golpe, se iban dando cuenta el paciente que se había muerto. Era Diego Armando Maradona y necesitaron que muera para tener noción de la gravedad.
Si bien no son médicos clínicos, los últimos días de Maradona estuvieron bajo la tutela y las órdenes de estos dos profesionales. Esto consta en el expediente, aunque en paralelo había un grupo de Swiss Medical que, en teoría, estaban controlando la parte clínica. Digo en teoría porque en la práctica nada de eso sucedió.
Agustina Cosachov y Carlos Díaz se tomaron hasta la atribución de decirle a la familia que no visiten a su paciente. Un paciente que se la pasó acostado, que estaba hinchado, que no comía y que tenía taquicardia.
En medio del caos, el que manda un mensaje es el kinesiólogo Nicolas Taffarel. Junto con Luque, fueron los que más estuvieron con Maradona en el año. “Les dije que podía haber sido un edema de pulmón, ¿no habrá sido eso no?” le pregunta al médico de cabecera de Maradona. Lo mismo que se pregunta Taffarel, se lo debaten peritos médicos en la investigación.
Importante: La autopsia de Maradona revela un infarto a causa de un edema agudo de pulmón, arrastrado por una cardiopatía crónica. Es decir, para ese informe, Diego arrastraba una anomalía en su corazón que nadie detectó y que debió ser tenida en cuenta. Sin embargo, a lo largo de este año, declararon tres cardiólogos que atendieron en vida al paciente y fueron claros: Los estudios que se le hicieron a Maradona vivo, no detectaron ninguna cardiopatía, ni siquiera durante la internación en la clínica Olivos, donde estuvo monitoreado en terapia intensiva casi diez días. Será clave este punto en el juicio oral.
Con una de las mejores obras sociales del país, con una internación domiciliaria exclusivamente para él, con supuestamente dos reconocidos médicos especialistas en recuperación de adicciones a disposición, y con un médico-amigo al cual lo desbordó la situación. En el medio, una familia dividida, peleada entre sí, y un entorno que se abrió cuando vio que el final podía ser trágico.
Mientras hoy, un año después de su muerte, cientos de personas se preguntan cómo pudo haber terminado así, la verdadera historia todavía nos duele. Ese fue el final de Diego Maradona: Del Maradona que nació pobre en fiorito, al pobre Diego que murió rodeado de empleados, sin buena atención médica y con un vacío sentimental que lo afectó hasta el último de sus días.