Confirmado: las elecciones en Tucumán serán el próximo 11 de junio
Ocurrió en Salta. El engaño se descubrió justo antes de que los ladrillos sean incinerados. La investigación apunta a una división de la Policía salteña
El fiscal federal Marcos César Romero investiga la escandalosa desaparición de 3 kilos de cocaína que dejó a 11 agentes de la Policía de Salta bajo sospecha. La clave está en el acceso al lugar en el que se resguardaban los estupefacientes, en la Dirección de Drogas Complejas (DICOM) de la fuerza de seguridad provincial en Orán, según publica Infobae.
El o los responsables del robo de la cocaína cambiaron los ladrillos reales por unos similares con una sustancia aún no identificada. Así pensaban engañar los controles y esperaban que todo rastro del ilícito se borrara con la incineración a la que estaban destinados los paquetes con el polvo blanco. Pero el plan falló frente al horno.
Todo comenzó la mañana del 27 de junio pasado, cuando un inspector de la División Antidrogas de la PFA en Orán, secundado por un subinspector, se trasladó a la empresa INZA (Industria Zapla) de Pálpala, en Jujuy, donde se había trasladado un lote de cocaína y marihuana de dos toneladas para su destrucción. En el lugar, se encontraba personal de Policía de la Provincia de Salta, perteneciente a la Dirección General de Drogas Peligrosas y de la División de Investigaciones Complejas contra la Narcocriminalidad de Orán.
Cuando las autoridades procedieron a realizar el narcotest, dio negativo. Y la sustancia amarillenta que aparecía embalada y lista para su destrucción era plastilina. En el mercado ilegal, en esa zona de argentina, cada kilo de cocaína se paga 2000 dólares, en el centro del país, los narcos ofrecen entre 3500 y USD4000.
Creen que el cambio se realizó dentro de la dependencia de la Dirección de Drogas Peligrosas de Orán. Aunque un sumario interno determinó la suspensión preventiva de tres agentes, otros ocho están bajo la lupa de la fiscalía de Tartagal.