
En medio de fuertes medidas de seguridad y una protesta nunca antes vista en la provincia mediterránea, el presidente volvió a dar un discurso desde la caja de una camioneta y con megáfono en mano.
El presidente Javier Milei cerró su campaña electoral en la ciudad de Córdoba en medio de un clima de profundo repudio que quedó en evidencia por el mega operativo de seguridad y cortes de tránsito, que no pasaron desapercibidos. Mientras Jamoncito se esforzaba por reforzar su apoyo en uno de los bastiones más importantes para su gestión, las calles se llenaron de manifestantes que rechazaron su presencia y sus políticas de motosierra.
Cerca de las 17:30 horas, Milei aterrizó en la capital cordobesa y se dirigió hacia Nueva Córdoba, donde lo esperaba una multitud de militantes. Acompañado por su hermana, Secretaria General y referente conocida por el 3%, Karina Milei, el presidente avanzó con dificultad entre la gente antes de subirse a una camioneta y dirigirse al público con un megáfono.
Muy fiel a su estilo con voz de ALF, Milei expresó: “Estamos en un momento bisagra de la historia argentina. Es la oportunidad para cambiar la composición del Congreso”. También afirmó que su gobierno había logrado reducir la inflación y sacar a millones de argentinos de la pobreza, sentenciando: “¡Nunca más el populismo!”, repitió una vez más como si ese mantra funcionara; eso sí, no faltaron sus cuatro camperas a pesar de que en Córdoba el termómetro marcaba ¡28 grados centígrados!
Sin embargo, los números y las promesas del mandatario no convencen a todos. En paralelo a su acto, unas 600 personas se movilizaron frente al Patio Olmos para expresar su rechazo. El repudio no solo estuvo dirigido hacia Milei, sino también hacia las políticas de su administración, como los ajustes en salud, educación y derechos laborales: estudiantes universitarios, docentes y familias de personas con discapacidad, quienes exigieron la puesta en vigencia de leyes fundamentales que fueron suspendidas sistemáticamente por el gobierno libertario.