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A los 4 minutos de comenzado el partido, un titular de Anvisa -entidad sanitaria de San Pablo- ingresó al campo de juego para suspender el partido.
Vergonzoso. Papelonesco. Es difícil definir de otra manera lo que aconteció en el Corinthians Arena en el estado de San Pablo. A los 4 minutos de juego entre Brasil y Argentina por Eliminatorias, un hombre armado ingresó al campo de juego con el objetivo de llevarse a los argentinos que juegan en la Premier: Gio Lo Celso, Dibu Martínez, Cuti Romero y Emiliano Buendía.
El pretexto es que -según estipulan las leyes sanitarias estaduales- todos aquellos que provengan desde el Reino Unido deben guardar 14 días de cuarentena. Los argentinos, al permanecer en burbuja sanitaria, no guardaron esos días de aislamiento y tuvieron el visto bueno de FIFA y de Conmebol para disputar el partido.
Es importante resaltar que los jugadores brasileños que juegan en la Premier League (figuras indiscutidos en sus equipos y en la selección) no vinieron a esta citación de triple fecha. Pero el motivo es que los clubes no les permitieron venir. Los argentinos, en cambio, decidieron motu proprio venir a defender sus colores.
Otro detalle: la celeste y blanca está desde el viernes en tierras paulistas, pero las autoridades esperaron hasta que el partido estuviera empezado para detenerlo. Una verguenza incomprensible incluso para Tité y sus dirigidos, quienes dialogaron con Messi y Scaloni para intentar comprender el sinsentido.
Ahora todo depende del escritorio de FIFA, donde parecería ser que el conflicto sería favorable para Argentina.