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Ganó 1 a 0 con un gol de penal convertido por Borja en el minuto 92. Hubo tumulto y 6 expulsados. Durante el partido, 39 faltas.
Un trámite tedioso que cobró vida sobre el final. Eso fue el Superclásico, que aburrió a propios y a extraños hasta que el árbitro Darío Herrera -de pésima actuación- sancionó un polémico final a favor de River por un roce entre Agustín Sández y Pablo Solari que Miguel Borja cambió por gol.
Y ahí se desató la hecatombe, cuando Agustín Palavecino le gritó el gol en la cara a los jugadores xeneizes y Sergio Romero reaccionó. Se armó un tumulto, volaron algunos golpes y el referí terminó expulsando a Equi Fernández, Miguel Merentiel y Nicolás Valentini en Boca y a Palavecino junto a los suplentes Centurión y Elías Gómez.
Herrera fue determinante en el resultado. Quiso imponer autoridad y revoleó tarjetas amarillas durante el primer tiempo, pero luego -en el ST- no quiso expulsar y evitó sacarle roja al menos a tres jugadores (Enzo Díaz, Enzo Pérez y Nicolás Figal).
River ganó un clásico mal jugado en el que Boca prácticamente no pateó al arco y se dedicó a defenderse. Un trámite aburrido que cobró vida al final.