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La “Semana de la Alegría”, un evento anual organizado por el hospital, busca fortalecer el vínculo del personal no asistencial con las y los niños. En esta ocasión, el personal vibró con las cumbias de Tadeo y dejaron regalos en las salas de internación.
Tadeo es un paciente del Garrahan de 16 años que tan solo a los 20 días de vida fue diagnosticado con miopatía miofibrilar, una enfermedad neuromuscular debilita la fuerza de sus músculos en todo el cuerpo. Pero esta condición no le impide ser el líder de una banda de cumbia. No por ser la voz principal ni ocupar el frente del escenario en los conciertos de Altas Cumbias. Es el alma del grupo y las miradas se centran en él. Sentado en su silla de ruedas, con el teclado frente a los ojos y los dedos dispuestos para cada acorde, crea una química especial con el público que inmediatamente se traduce en baile, magia y alegría.
Este fue el evento principal de la Semana de la Alegría, una clásico primaveral del Garrahan —con 12 años de tradición— que se concentró en uno de los parques del hospital. Habitualmente, todo el personal se disfraza y sorprende a las y los pacientes con sonrisas y regalos.
En esta edición, que tuvo lugar entre el 20 y el 25 de septiembre, se buscó evitar grandes aglomeraciones y las siete Gerencias prepararon una coreografía y fueron los privilegiados para disfrutar del show de Altas Cumbias. A su vez, diseñaron cuadernillos recreativos para pintar y jugar que fueron repartidos en las salas de internación.
Sus dificultades para moverse desde siempre fueron compensadas con el poder de una mente que sólo piensa en salir adelante y ser feliz.
Tadeo comenzó a hacer música a los 8 años influenciado por los videos de “El Guachoon”, un conocido tecladista del ambiente tropical y de “Damas Gratis” que lograron que el niño descubriera su pasión. “En ese momento empecé a tomar clases, mi profesor conocía a los integrantes de Altas Cumbias y se formó la banda”, recordó Tadeo.
Por distintas razones, en los últimos tiempos no estaba tocando tanto como antes. Pero cuando sonó el teléfono desde el Garrahan para mostrar su música en el Hospital luego de 5 años, Tadeo no dudó: “Me volvieron las ganas de golpe. El amor que siento por el Hospital, el personal que trabaja ahí y los chicos que se atienden hace que siempre que quieran yo esté. Ellos hicieron mucho por mí”, reconoció.