
El párroco de una iglesia de Montevideo se enteró de varios casos de gente sin hogar que fue agredida por hombres que usaban palos o cadenas
“Estaba durmiendo en una parada a altas horas de la noche, cuando vinieron unos tipos y me apalearon con un palo de béisbol”, le contó un hombre en situación de calle a los feligreses de una iglesia de Montevideo a la que acude para higienizarse. El relato corresponde al sacerdote Omar Franca de la parroquia Santa Bernardita. Al principio, los religiosos dudaron de esa historia. “¿Será verdad o no?”, se preguntaban.
Cuando el religioso consultó a otros “sin techo”, la respuesta lo hizo estremecer: “Sí, claro, son los antipasta, que nos pegan con bates de béisbol o cadenas. O nos vamos o nos pegan”.
El martes de mañana se enteraron de otro caso parecido. Un hombre que hacía días que no visitaba la parroquia volvió a ducharse y França le consultó qué hizo durante el tiempo que estuvo ausente.
El hombre le respondió que había estado internado durante cuatro días en un hospital público y le mostró un corte que tenía en el cuero cabelludo. Le había pasado lo mismo que al resto: los “antipasta” lo golpearon en la calle.
El sacerdote se presentó en la comisaría a denunciar el hecho porque los agredidos no lo hacen por temor. Según declaró al diario uruguayo El País, se trataría de personas que se movilizan en camionetas y bajan para apalear a los que viven en la calle. Se hacen llamar “antipasta” porque serían anti pasta base.