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A través de las cámaras de seguridad del local los empleados notaron los movimientos extraños de la mujer. Lo hizo dos veces en dos días, primero en una farmacia y luego en un bazar.
Sigilosamente, una mujer intentó utilizar la mochila de su hija de 7 años para robarse cremas faciales de una farmacia porteña de Almagro. Lo que no sabía la ladrona es que las cámaras de seguridad de local habían registrado el hurto de los productos y la retuvieron a la salida del comercio.
Madre e hija habían ingresado al local ubicado en una de las esquinas de avenida Rivadavia y Mario Bravo. Como cualquier cliente, se dirigieron a una de las góndolas del fondo donde estaban expuestas la mercadería de cuidado estético. En un momento, la mujer acercó a la niña justo al lado de los estantes, la puso de espaldas y le abrió la mochila. De a uno, empezó a guardar varios potes.
Uno de los empleados de seguridad privada de la farmacia se acercó a la “mechera” y si bien la mujer alcanzó a disimular, finalmente fue retenida cuando se disponía a salir del comercio. Los trabajadores abrieron la mochila infantil y efectivamente allí estaban los productos sustraídos.