
El entrenador de Boca Juniors falleció en su casa, donde se encontraba en internación domiciliaria. Su último partido en el banco de suplentes fue el 21 de septiembre, ante Central Córdoba
Dolor en el mundo del fútbol: a los 69 años, murió Miguel Ángel Russo. El entrenador de Boca Juniors, que regresó al club a mediados de este año, había sufrido en las últimas semanas una recaída en su cuadro de salud que había obligado a hospitalizarlo en distintas ocasiones y finalmente a transitar una internación domiciliaria.
Russo había estado presente el domingo 21 de septiembre en la Bombonera para comandar al equipo durante la igualdad 2-2 con Central Córdoba por la 9ª feche del Torneo Clausura. Horas más tarde fue internado y, aunque fue dado de alta rápidamente, volvió a quedar bajo cuidados médicos durante 72 horas. Desde entonces, su delicado cuadro le impidió retornar a los entrenamientos del equipo. El lunes 6 de octubre por la noche el Xeneize había comunicado que el DT se encontraba con “pronóstico reservado”.
El diagnóstico de cáncer de vejiga y la detección de un tumor en la próstata en 2017 marcaron un punto de inflexión en su vida. Uno de los técnicos más experimentados y múltiple campeón del fútbol argentino, desde entonces, enfrentó complicaciones médicas, pero continuó con su carrera profesional y ha mantenido una actitud positiva ante la adversidad.