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El polvo en suspensión alcanzó a Madrid y otras zonas del centro de España.
Las calles de varias ciudades españolas amanecieron este martes cubiertas por un manto de barro, fruto del polvo en suspensión en la atmósfera que llegó del Desierto del Sahara hasta el centro de la Península.
En Madrid, un manto de color naranja cubrió toda la ciudad con una capa de polvo que cubrió a vehículos, pasillos del subte y el cielo teñido de rojo.
Personas limpiando con mangueras sus autos, sus terrazas o los portales de los edificios se podían ver en pleno centro de la capital española, donde este fino polvo ocre transformó el paisaje.
En el subte y los estacionamientos los suelos estaban polvorientos y las ventanas en los últimos pisos de los edificios mostraban manchas marrones.
A este fenómeno meteorológico, de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del Desierto del Sahara, se le denomina en España calima. Es bastante común, sobre todo en el archipiélago atlántico de Canarias, situado en el noroeste de África.