A pesar de las muertes, la violencia y las protestas el fútbol sigue en Colombia

Por Copa Libertadores, River empató sobre la hora contra Junior de Barranquilla y Nacional de Montevideo empató sin goles contra Atlético Nacional.

La protesta se redireccionó. Más allá de la violencia política y las muertes que ocurren a diario la gente se agolpó en la puerta de los hoteles donde se alojaron River y Nacional de Montevideo. El pedido fue explícito y muy claro: que no se jueguen los partidos correspondientes a la Copa Libertadores. La Conmebol hizo oídos sordos al clamor popular y obligó a que se disputen los encuentros, aún con severos incidentes en las afueras de los estadios.

Este fue el panorama en las afueras del estadio donde jugó River

En el terreno de juego, River empató con Junior de Barranquilla 1 a 1 con gol de Paulo Díaz de cabeza. Un mal partido para los dirigidos por Marcelo Gallardo, que consiguieron empatar en tiempo de descuento. Mientras se disputaba el cotejo se escuchaban las bombas de estruendo en las inmediaciones del estadio. Al finalizar, Gallardo declaró: “No se puede mirar para otro lado con lo que está ocurriendo”.

En la puerta del hotel donde se alojó Nacional de Montevideo hubo manifestación popular.

Nacional de Montevideo la tuvo más complicada. La protesta en la puerta del hotel impedía la salida de la delegación uruguaya hacia el estadio, y hubo mensajes cruzados picantes entre ambos planteles. Chicanas y mojadas de oreja innecesarias en medio de un caos social. Finalmente, el partido se jugó a las 12 de la noche y terminó 0 a 0.

Antes del comienzo del partido, el árbitro reunió a los capitanes en el medio de la cancha y Gonzalo Bergessio, que lleva la cinta en el equipo uruguayo, reclamó empatía a su par colombiano. Otra vez, el fútbol y la sociedad van por carriles separados.

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