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170 millones de hinchas a más de 17 mil kilómetros vibran por la albiceleste. Los motivos:
Las imágenes que llegan a 17 mil kilómetros son elocuentes. Camisetas, gorro-bandera-vincha y todo el marketing celeste y blanco para un amor tan sorprendente como novedoso: en Bangladesh aman a la selección argentina.
“La semilla de ese amor tiene tres fundamentos: el primero es el amor entre Rabindranath Tagore y Victoria Ocampo; el segundo porque apoyaron la independencia de Bangladesh y el tercero fue el gol de Maradona a los ingleses. El pueblo lo tomó como una revancha”, repasa Alim Talukder, presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Bangladeshí.
Gran Bretaña colonizó India, Pakistán y Bangladesh durante 300 años, con una crueldad que pervive en la memoria de un pueblo sufrido y pobre. “En 1943 hubo una hambruna que mató a 3 millones de personas, porque ellos se llevaban la comida para los soldados de la Segunda Guerra. Antes de eso no te dejaban producir textil porque ellos eran potencia. Al que producía le cortaban las manos”, dice con cierta congoja.
En 1986 Alim tenía 6 años, pero recuerda vívidamente el Mundial 86. “El gol de La Mano de Dios nos marcó a todos. Yo tenía el cuaderno de la primaria con la cara de Diego”, recuerda. Y la pregunta se impone: ¿Cómo se vive a 17 mil kilómetros con 9 horas de diferencia? “Lo vivo igual que vos, o peor. Cuando uno está cerca puede enterarse mejor”.
Son las 3 de la mañana en Daka, la capital de Bangladesh. En Doha Argentina acaba de derrotar a Polonia y clasificar a octavos. Una peregrinación de miles de personas marcha por el centro de la ciudad enfundada en celeste y blanco. Y con felicidad.