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La Selección tuvo pocos momentos de buen fútbol y exhibió el comienzo de la renovación.
Parecía que lo pasaba por encima. Con un Lionel Messi muy inspirado, y después de 7 meses sin jugar, la Selección arrancó su partido por Eliminatorias contra Chile a buen ritmo y buen fútbol. El propio Messi abrió el marcador después de convertir un penal que un grosero Maripan le hizo a Lucas Ocampos.
Sin patear al arco en todo el PT, Chile obtuvo el empate a los 35 minutos después de un centro llovido en que toda la defensa se quedó clavada. Erik Pulgar la bajó al medio y Alexis Sánchez la empujó con el arco vacío. Nada para hacer para el debutante Emiliano Martínez.
Una grata presencia fue la de Cristian Romero, que se mostró solvente y seguro. El resto de la defensa, de flojo para abajo. Tanto es así que en el entretiempo salió Martínez Quarta e ingresó Lisandro Martínez. Mal partido para Juan Foyth (que no es lateral) e intrascendente Nicolás Tagliafico.
En el medio, la dupla de mediocampistas alternó buenas y malas. Rodrigo De Paul pone muchas ganas para recuperar las pelotas que luego pierde. Lucas Ocampos fue reemplazado por Angelito Correa, y ninguno de los dos rindió. Paredes, poco y nada con algunas imprecisiones. Ángel Di María tiene la necesidad de demostrar que es un crack: caños, tacos, firuletes. Se frustra y es reemplazado.
Muy buen partido de Lio Messi, a quien el arquero Claudio Bravo le sacó un tiro libre imposible (estrelló otro en el travesaño) y dos remates en el ST. Lautaro hizo un buen segundo tiempo y el debut del pibe Julián Álvarez fue más que satisfactorio.
Para ser justos, Argentina tuvo tres debutantes (Martínez, Romero y Álvarez), probó con jugadores sin tanto rodaje (Martínez Quarta, Lisandro Martínez y Ángel Correa). Exhibió la misma indolencia de siempre y mostró falencias históricas en sus laterales. Hay mucho para mejorar.