Expediente Maradona: la enfermera, 12 días y ningún control

Declaró la enfermera Dahiana Madrid y aseguró que se limitaba a cumplir órdenes de los médicos y del entorno. “Solo tenía que controlarle la medicación” aseguró. 

Fue la segunda declaración en la causa que investiga la muerte de Diego Armando Maradona. Primero fue el enfermero del turno noche, Ricardo Almirón, y ahora fue el turno de su colega del turno mañana, Dahiana Madrid. Y ostentan una coincidencia nada llamativa: los dos aseguraron que no tuvieron ninguna decisión médica sobre el paciente, ya que solamente cumplían órdenes de sus superiores, o del entorno que vivía con Maradona.

La enfermera Madrid aseguró -al igual que su colega Almirón- que no tenía injerencia en las decisiones médicas.

A diferencia de Almirón, Madrid nunca pudo controlar los signos vitales de su paciente. Más aún, nunca pudo ingresar a su habitación en los catorce días que duró la externación en el country San Andrés de Tigre. 

Dijo que nunca pudo ingresar a la habitación del Diez durante su estadía en el Barrio San Andrés, en Tigre.

Fueron siete horas escuchando a la enfermera, entre su relato y sus respuestas a las preguntas de los fiscales y la defensa. Lo más importante del testimonio, en textuales de la enfermera:

-El primer día el paciente ya se negó a recibir los controles.
-El lunes 16 me echa y hasta me revolea el cargador de un celular.
-Diego se golpeó la cabeza y decidieron no llevarlo a la clínica porque dijeron que iba a salir en los medios.
-En la casa mandaba Maxi Pomargo (cuñado de Matías Morla).
-La orden era solamente controlar la medicación.
-Estaba sentada a 10 metros, en el comedor, atenta a si me llamaba.
-Había que aceptar los pedidos de Maradona porque ‘era así’ y ‘había que saberlo llevar’.


En su acusación, los fiscales sugieren que los enfermeros omitieron controlar a Maradona pese a su cuadro de gravedad. Y Dahiana Madrid, la enfermera, no sólo no lo niega, sino que lo confirma. Y éste un punto clave de la investigación: las decisiones del paciente.

La voluntad de Maradona en sus últimos días se respetó a rajatabla.

Maradona echó a casi todo el equipo médico en sus últimos días: a los ayudantes terapéuticos, a un médico clínico, a un nutricionista, al propio Luque, y a la enfermera. Y su voluntad durante la internación domiciliaria se respetó a rajatabla. Lo que Diego quería, se hacía y su entorno lo ejecutaba. Los superiores médicos no lo objetaban y la familia del paciente asentía. Eso sugiere la declaración de la enfermera Madrid, que compromete aún más a los ya imputados Mariano Perroni (coordinador de enfermería) y Nancy Forlini (coordinadora de Swiss Medical en la internación domiciliaria).

“Paciente se niega al control de sus signos vitales” repetía la planilla de Madrid, quien -una vez muerto Maradona- debió “dibujar” los horarios de esos controles -o no controles- por pedido de su jefe. Recordemos que para la junta médica Maradona desde principios de Noviembre tenía una “capacidad restringida” a la hora de tomar decisiones, por lo que será un punto clave a debatir en un hipotético juicio oral.

Para finalizar, la enfermera Dahiana Madrid coincidió con su colega Almirón y con la junta médica en que la internación domiciliaria fue inadecuada, porque no había elementos de ningún tipo y la habitación era “como un lavadero”.

La declaración de Madrid es coincidente con la de su colega Ricardo Almirón.

El viernes será el turno de declarar para Mariano Perroni, el jefe de los dos enfermeros que ya declararon, y la próxima semana le tocará al equipo médico de cabecera de Maradona: Carlos Díaz, el psicólogo, Agustina Cosachov, la psiquiatra y Leopoldo Luque, el médico. 

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