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La judoca quedó en la puerta de una medalla de bronce pero no pudo. En la Villa Olímpica recibió una bienvenida de campeona. MIRÁ EL VIDEO
Paula Pareto es acaso una de las atletas argentinas más reconocidas. Bronce en Beijing 2008 y Oro en Río 2016, la judoca se presentó a estos Juegos Olímpicos con la esperanza de obtener una nueva medalla. Y no se le dio por poco. Ganó por Ippon sus dos primeros combates pero perdió la chance de disputar la dorada y la plateada al caer ante la japonesa Tonaki, en una pelea que le dejó una lesión en el codo.
A pesar de su dolencia se presentó al Repechaje, donde cayó ante la portuguesa Costa. Y así se despidió de la actividad olímpica para volver a su vida cotidiana y dedicarse a la Medicina. La Peque es médica y trabaja en el Hospital de San Ididro. Fue despedida del tatami por el aplauso de propios y ajenos y con mucha emoción.
Pero la frutilla del postre se dio al regresar a la Villa Olímpica, donde sus compañeros de delegación le hicieron un pasillo de honor corearon su nombre en un reconocimiento emotivo no solo a su carrera si no también a su persona.