La tensión crece en los pasillos oficiales y sindicales. Lo que ocurra este jueves será clave para definir el rumbo de una reforma laboral que promete ser uno de los grandes desafíos políticos del gobierno de Milei; al parecer, la central orbea más grande del país trabaja para arruinarle los planes al gobierno de las fuerzas del cielo.
En medio de un panorama político marcado por desacuerdos y negociaciones contrarreloj, la Confederación General del Trabajo (CGT) llevará a cabo hoy jueves 11 de diciembre una reunión clave en su sede histórica de Azopardo. El objetivo: definir una postura unificada frente al proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Javier Milei, que -aunque todavía no está presentado- se sabe que generó un rechazo categórico en la central obrera.
La jornada promete ser intensa. El encuentro se dará luego de una serie de reuniones previas entre la CGT, legisladores del Partido Justicialista (PJ) y referentes peronistas, quienes buscan articular estrategias para frenar lo que consideran una iniciativa “regresiva” y perjudicial para los derechos laborales adquiridos. Ayer miércoles, los sindicalistas también discutieron posibles medidas de fuerza y analizaron el impacto económico de los cambios propuestos.
La CGT deja en claro que su rechazo al proyecto es absoluto, aunque busca mantener tres puntos fundamentales en cualquier discusión: la ultraactividad, que garantiza la continuidad de los convenios colectivos vencidos hasta que se firme uno nuevo; los convenios colectivos de trabajo como herramienta central de negociación; y la cuota sindical, clave para el financiamiento de las organizaciones gremiales.
Cristian Jerónimo, integrante del triunvirato de conducción y dirigente del Sindicato del Vidrio, calificó la reforma como “regresiva”, criticó la falta de voluntad del Gobierno para abrir un espacio real de negociación y hasta mencionó que sin una mesa formal con representación del mundo del trabajo, no acompañarán cambios que retrocedan derechos adquiridos.