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Fue 2 a 1 a Independiente Santa Fe de Colombia. Los dirigidos por Marcelo Gallardo quedaron en la historia.
Histórico. No hay otra manera de definir lo que ocurrió en el Monumental. Con todo en contra, River derrotó a Independiente Santa Fe por 2 a 1 y clasificó a octavos de final de la Copa Libertadores. Los goles fueron marcados por Fabrizio Angileri y Julián Álvarez. Pero estos son los datos objetivos.
Lo que hay que resaltar es el contexto de la victoria. Por empezar, y a causa del brote de coronavirus que azotó al plantel, los guantes se los calzó Enzo Pérez, quien además estaba lesionado y no podía patear. Una locura imaginar esa situación en el híper profesional fútbol actual.
El otro dato es que el Millonario no tenía suplentes y además dos debutantes en Primera, el central Tomás Lecanda y el volante central Peña. Demasiadas ventajas, que los colombianos -inexplicablemente- no supieron aprovechar. Más allá de la carambola que les permitió el descuento, el equipo cafetero no generó ni una sola jugada de peligro en el arco defendido por Pérez, que casi no tocó la pelota con las manos.
Destacables partidos de Jonatan Maidana y David Martínez; de Angileri y Julián Álvarez. Muy poco de Carrascal, tibio hasta la exasperación, y nada de Fontana, que a los 4 minutos de partido había desperdiciado dos mano a mano imposibles. Lo de los colombianos, tenebroso.
Más allá de todo, River y Marcelo Gallardo vuelven a escribir una página de gloria en la historia millonaria. Otra más.