
Los familiares eligieron regalar agendas y artículos más baratitos. Es que comprar zapatos, ropa y electrodomésticos ya no es viable. Mientras tanto, los comerciantes tuvieron que aferrarse a y descuentos que si bien movieron las ventas, no movieron el amperímetro para fortalecer la economía.
El Día de la Madre, una fecha en la que tradicionalmente se compran regalitos para celebrar a la persona más importante, este año dejó un sabor amargo para las pequeñas y medianas empresas. Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas en los comercios minoristas pymes registraron una caída del 3,5% frente al mismo período del año anterior.
Este descenso refleja un panorama lúgubre y triste en el que el deterioro del poder adquisitivo de los hogares, sobre todo bajo el gobierno de Javier Milei. El ticket promedio alcanzó los $37.124, lo que representa un aumento nominal del 9,8% respecto a los $33.819 de 2024.
Pero aquí está el quid de la cuestión: al considerar la inflación, la variación real revela una disminución del 16,7%, evidenciando que las familias destinaron menos dinero para celebrar esta fecha tan especial. Ni siquiera el esfuerzo de los comerciantes por ofrecer descuentos, promociones y cuotas sin interés logró revertir esta tendencia; de hecho, el 83,5% de los locales aplicó estrategias comerciales agresivas, pero el consumo efectivo continuó sin repuntar.
Los rubros más golpeados por esta retracción fueron Cosmética y perfumería, con una caída real del 24,2%, e Indumentaria, que retrocedió un 5,3%. Librería también mostró un descenso preocupante del 6,3%, mientras que Calzado y marroquinería apenas logró mantenerse con una leve mejora del 1,8%. Por su parte, los electrodomésticos y artículos para el hogar retrocedieron un 8,4% en términos reales, dejando en claro que los bienes durables siguen siendo los más afectados por la pérdida de poder adquisitivo.