El presidente llegó a La Feliz para visitar una planta industrial y luego para recorrer 50 metros en la coqueta calle Güemes.
Mar del Plata amaneció con un aire de expectativa y tensión. La visita del presidente Javier Milei, en el marco de su campaña para consolidar el proyecto libertario, no dejó indiferente a nadie. Desde la inauguración de una fábrica hasta una brevísima caminata nocturna por las calles de la ciudad balnearia, Milei se enfrentó a una jornada cargada de emociones, confusión y narcotráfico, mucho narcotráfico.
La mañana comenzó con un acto oficial en la inauguración de la fábrica de Lamb Weston, una empresa estadounidense que desembarca en Mar del Plata con una inversión que promete generar 3.000 empleos directos e indirectos. Ante un público compuesto por empresarios, funcionarios y militantes libertarios, Milei no tardó en hacer referencia al escándalo de José Luis Espert y sus conexiones con el narcotráfico aunque sin nombrarlo.
“Narcos y chorros, les aviso que se la vamos a hacer pasar mal”, lanzó el Presidente desde el escenario, dejando una estela de hipocresía después de haber puesto mil y una veces las manos en el fuego por Espert. Una aseveración insólita habida cuenta de que en simultáneo estaban extraditando a Fred Machado hacia los Estados Unidos.
Ya entrada la noche, Milei continuó con su agenda en Mar del Plata recorriendo las calles céntricas. Subido a una camioneta y megáfono en mano, el Presidente volvió a dirigirse a sus seguidores y les pidió casi de rodillas que apoyen a sus candidatos: “Vengo a pedirles el apoyo para mis candidatos. Con Diego Santilli, con Karen Reichardt. Tenemos que entender que estamos en un momento bisagra de la historia argentina. No desconocemos lo duro de la situación, pero no volvamos al pasado”.