El día que murió Maradona: la reconstrucción

El 25 de Noviembre de 2020 comenzó como un día más y terminó siendo el día más importante en la historia de siete profesionales de la salud, hoy todos investigados por la justicia. La inconsciencia y la negligencia médica se mantuvo intacta, aún ya con Maradona muerto. Los diálogos entre los protagonistas, un final que parecía evitable, y la conmoción total de un día que quedará en la historia. 

Son las 8 y media de la mañana del miércoles 25 de noviembre del 2020. Maradona no daba señales de mejora: su último control de signos vitales le había detectado una taquicardia que nadie advirtió, su familia no podía ir a visitarlo por consejo de la psiquiatra y el psicólogo, y sus médicos no lo iban a ver hace más de una semana.

Pese a todo este panorama, el día comienza con Agustina Cosachov y Carlos Díaz todavía dudando de si ir a ver o no a su paciente. Mientras Díaz está en el gimnasio, se manda mensajes con la psiquiatra.

9:30 AM – DÍALOGOS ENTRE AGUSTINA COSACHOV Y CARLOS DÍAZ
Díaz: “Hola Agus, buen día. Recién me dijo Matías que sigue recluido, sin ganas de ver a nadie. ¿Qué decís? ¿Vamos igual?”
Cosachov: “Yo voy igual sí o sí. Hay que empezar a hacer face, si no van a decir que estamos re borrados”
Díaz: “Hay que activarlo YA. Ayer le pregunto a un seguridad cuando puede volver a tomar”
Cosachov: “NUNCA”
Mientras tanto, Leopoldo Luque arrancó a operar bien temprano. Su primera cirugía del día, en un consultorio privado, estaba prevista para las 9 de la mañana.

“¿Cómo andas Leo, tanto tiempo? Estamos yendo para lo de Diego” le escribe por whatsapp Cosachov a Luque. Tanto tiempo le dice. Es que no se hablaban desde el 21 de noviembre. Se habían dejado de pasar reportes de como estaba Maradona. Se miraban de reojo, se criticaban a escondidas. Cosachov y Díaz habían tomado el control pleno de la recuperación de Diego y Luque, desde que le había retirado los puntos de la cabeza a Maradona, tenía decidido apartarse, aprovechando que la recuperación iba a ser estrictamente por su adicción al alcohol.

Ese era el panorama al comenzar el día: los psicólogos listos para darse una vuelta casi de compromiso por la casa de Diego. Luque, totalmente en otra, listo para operar pacientes en un consultorio. Y los médicos de Swiss Medical leyendo los reportes de los enfermeros pero sin interpretarlos. Ya se había notificado una taquicardia la noche anterior qué, pero pese a contar con un médico clínico, no fue advertida por nadie. 

Según Ricardo Almirón, el enfermero del turno noche que se retiró a las seis de la mañana, el paciente descansaba de buena forma. Según Dahiana Madrid, la enfermera que lo reemplazó, el paciente continuaba descansando. 

Hoy, ambos están imputados. Esta fue la primera gran contradicción en la causa: Como no entraron a la habitación para no molestar al paciente, como venían haciendo hace varios días, no tenían ni la más mínima noción de si Maradona estaba vivo o muerto esa mañana del 25 de noviembre.

El enfermero declaró ante los fiscales que antes de retirarse del domicilio, escuchó que Maradona roncaba. La enfermera, por su parte, fue sincera ante la justicia y confesó lo que no se apreciaba en el grupo de whatsapp de la prepaga. “Yo a Maradona no pude tomarle nunca los signos vitales. Me llegó a revolear un cargador de celular. Solo tenía que controlar la medicación y no tenía que molestarlo” dijo. Acá está la primera gran falla médica: Si a Maradona lo volvían a controlar adecuadamente a la mañana, el final podría haber sido distinto. 

El grupo de whatsapp repleto de empleados médicos, se sacude a las 12:42 del mediodía.

La coordinadora médica Nancy Forlini, otra de las imputadas, exige un reporte desde el domicilio, confirmando que está yendo una ambulancia con la máxima urgencia. Será uno de los últimos diálogos en ese grupo.

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