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En el Maracaná y contra Brasil, el equipo dirigido por Lionel Scaloni y comandado por Lionel Messi hizo historia y levantó la Copa América.
Fueron años de frustraciones, de sufrimiento. Camadas de eximios futbolistas que no lograron gritar campeón jamás con la selección. Y fue ahora, nada menos que en el Maracaná y contra Brasil, donde la verdeamarelha solo había perdido la final del Mundial 50 contra Uruguay. Argentina, por Copa América, acaba de concretar su propio Maracanazo.
Sólido, con momentos de buen fútbol y otros de hacha y tiza, la selección planteó un partido rocoso contra el local. A los 21, Di María marcó un golazo de emboquillada y el resto del partido fue para que se lucieran Otamendi, Montiel, Dibu Martínez y -sobre todo- Rodrigo De Paul, con una final consagratoria.
Pero los reflectores, como siempre, recaen en Lionel Andrés Messi, quizás el jugador que más merecía este título. Líder, jugadorazo, a los 34 años Leo se sacó la mufa y -por fin- sonrió con la celeste y blanca. El abrazo con Neymar al terminar el partido es un símbolo hermoso.
Argentina ganó con claridad esta Copa, con aciertos de parte del DT (el arquero, Molina, Cuti Romero, el propio De Paul, Nico González) y una vieja guardia inoxidable (Otamendi, Messi y un indispensable Di María -Agüero en el banco-), la selección volvió a festejar después de 28 años. Mucho tiempo de sequía y el fútbol que vuelve a demostrar que es posible volver a sonreír.